Las luces que van pegadas al techo reciben diferentes nombres según su funcionalidad y diseño.
Una de las luces más comunes y básicas son las llamadas plafones, que son lámparas planas y circulares que se fijan a la superficie del techo, dando una iluminación general y uniforme a la habitación.
Otra opción son los focos empotrables, que se colocan en agujeros en el techo y suelen ser direccionales y regulables, para enfocar la luz en un punto específico de la habitación, como un mueble o una zona de trabajo.
Asimismo, existen las tiras de LED, que se adhieren a la superficie del techo para dar una iluminación suave y decorativa. Estas luces son muy populares en techos suspendidos o falsos, ya que crean un ambiente moderno y personalizado.
Por último, encontramos las lámparas de techo, que son elementos decorativos que, además de iluminar, aportan estilo y personalidad a la habitación. Estas luces pueden tener diferentes formas, acabados, materiales y colores, y su elección dependerá del gusto y la decoración de cada persona.